Hay muchos tipos de enfermedades: Tenemos las físicas, las más conocidas, aunque posiblemente
las menos comunes. Luego están las mentales, las anímicas y las psicosomáticas
(que son las menos detectadas aunque las más frecuentes). Otro capítulo serían las enfermedades mortales, pero de estas no quiero hablar.
Estar enfermo es un estado metafísico en el
sentido
etimológico del término, es algo que va más allá de la física, un estado
aparte que condiciona todo lo demás. Estar enfermo es una distorsión en
algún
sentido. Cuando estamos enfermos, el dolor o el malestar determinan
todo lo demás y cuando uno se recupera todo aquello queda lejano e
incomprensible. Una sensación muy habitual es pensar cuando estamos
enfermos en lo poco que apreciábamos el simple hecho de encontranos bien
antes de caer enfermos (o de encontranos mal). Y volver a olvidarnos en cuanto nos sentimos mejor.
Encontrarse bien no es necesariamente un síntoma de no estar enfermo. Yo he estado enferma muchas veces, la mayoría de las veces ha sido por agotamiento (mental, físico o ambos)
y en la mayor parte de los casos producto de una situación de gran
estrés, pero paradójicamente no me he sentido mal hasta que el foco
generante de estrés ha desaparecido. Es decir, cuando he parado.
La enfermedad da para mucho: a veces nos ponemos enfermos,
a veces fingimos que estamos enfermos, a veces creemos que estamos enfermos
porque eso nos proporciona una excusa para dejar de hacer algo que en realidad
no queremos hacer.
Creo que he heredado de mi
madre la atracción por los médicos. En el caso de mi madre siempre he pensado que venía de una especie de relación edíptica con su hermano (que es médico) que
representaba la figura paterna (de forma precaria y siempre esgrimiendo
la promesa de hacerlo mejor en un futuro que nunca llegó). En el mío
supongo que además proviene de la necesidad de que me cuiden unida a la
incapacidad para dejar que lo hagan.
Y como me he cansado de hablar de enfermedades y si enlazo con la inmimente desaparición de la sanidad pública no acabaré nunca, terminaré con una cita de Jiddu Krishnamurti:
"No es signo de salud el estar bien adaptado a una sociedad enferma."
"No es signo de salud el estar bien adaptado a una sociedad enferma."