Cuando me llamaste paleta
me puse muy triste.
Alejarme de ti
me ayudó a olvidar
lo cruel que puedes ser a veces
y me pilló un poco por sorpresa.
Después miré a mi hija,
que acaba de cumplir dos años
y sentí alivio
y gratitud
porque supe que ella no tendría que pasar por eso.